En el entorno actual de las comunicaciones el concepto de red de ordenadores se ha convertido en un concepto básico, sin el cual el mundo informático, tal y como le conocemos hoy en día, no tendría cabida.
El concepto más sencillo de una red parte de un conjunto de dos ordenadores conectados mediante un cable compartiendo datos y recursos. Aunque esto pudiera parecer una idea muy básica y rudimentaria resulta algo lógico y podríamos considerarlo el origen de un sistema de red mucho más complejo. Las maquinas que actualmente están disponibles en el mercado cada vez tiene mayor potencia pero sin un entorno en el que poder compartir información y recursos esta potencia queda mermada. Por otra parte, el hecho de poder compartir recursos entre diferentes maquinas nos permite la centralización de los mismos en un único punto, lo que facilita y agiliza las labores de mantenimiento, instalación, administración, etc., lo cual se puede traducir en una reducción directa de costes.
En resumen, de lo anterior se puede decir que con la creación de las redes de ordenadores quedan cubiertos tres objetivos fundamentales:
- Compartir datos e información, siendo quizás este el uso más popular con la implementación del correo electrónico y el uso de la mega conocida red de redes, nuestro querido internet.
De cualquier forma el poder compartir información, aunque sea a un nivel mucho más local, facilita y agiliza de forma notable el trabajo de cualquier situación.
- Compartir recursos, tanto de hardware como de software. Esto facilita el uso compartido de periféricos, de esta forma con una única impresora podríamos cubrir las necesidades de muchos usuarios. De la misma forma varios equipos también pueden compartir aplicaciones como pueden ser bases de datos, hojas de cálculo, etc.
- Centralización de la administración y soporte, siendo mucho más ágil dar mantenimiento sobre una única aplicación o recurso que teniendo que mantener cada uno de los diferentes equipos que están compartiendo el recurso.